Los Lakers a la baja?

Desde hace algunas semanas, se viene disparando contra la segunda unidad de los Lakers. Se dice que están en baja, que no mantienen el nivel de intensidad de los titulares, que dejan pasar ventajas amplias en el marcador.

Todos síntomas ciertos pero que, tratados a tiempo, deberían ser sólo un llamado de atención para los angelinos en su camino a la postemporada.

Phil Jackson fue el primero que vio la enfermedad del banco. Sin hacer mucho ruido, llamó aparte a Lamar Odom y le pidió que sea el director del equipo suplente de Los Angeles. En otras palabras, que se convierta en "el domador de algunos jugadores salvajes".

Calmados, enfocados y eficientes. Así quiere el Maestro Zen a sus reservas y esos fueron los tres pedidos que escribió en la lista de deberes a resolver.

Pero la realidad es que hay un jugador que necesita mantener su lado salvaje. Que su energía lo pone como un talento revulsivo desde el banco, porque se encarga de cambiar el ritmo de los Lakers cuando entran en esos apagones en los que el aro se cierra, y por más que erran y erran los participantes siguen pagando tres tiros por un billete. El juego parece fácil, el premio tentador, pero...

Trevor Ariza, por definición, es un defensor perimetral de excelencia. Pero antes que eso es un jugador con carisma. El público del Staples Center lo reconoce, lo aplaude, grita su apellido en cada una de sus intervenciones. Es de esos emblemas que conquistan con el sacrificio, que hacen del esfuerzo su arma de destrucción.